La vida sigue su curso. Su siniestro e iluso cause. Otra vez frente a la zigzagueante pantalla del computador, embriagado de tristezas y drogado con baladas. ¿Será una maldición?.
Cuando todo comienza a brillar, a pintarse de bellos tonos, aparece algo que arruina la alegría. Tal vez es la banalidad de mi alegría la que no acepta ribetes. Cuando la persona comienza a engancharse de manera tal, sale todo al revés.
“Buenas noches los pastores” y comenzamos a girar en frustraciones, rabias y pasiones. Mi angelito de la guardia me está jodiendo, se ríe desde su puta residencia. Indecencia. Esperanzas románticas: Revuélquense en sus tumbas. Están -nuevamente- muertas. La pena se hace a segundos indómita. Irrefrenable.
"¡Por la reflauta del mono!", aún no sé por qué pasan estas cosas. ¿Jugarretas cruentas del destino?, no lo creo, ¿por qué darte algo que luego te quitará?. La sospecha de que estoy condenado a esta rutina de desvelos y desilusiones me agota. Pero me cansa más la idea de saber que no me puedo desligar de las personas así como así, como quién bebe cerveza o como quién besa al aire. No concilio la idea de sufrir, no me gusta, no me quiero resignar. Lamentablemente la vida no es cosa de gustos y preferencias. Es, y nada más. Te quiero (¿increíble?, puede ser, pero hay personas que son más suceptibles a querer) y me duele, porque no es recíproco. Una cosa muy distinta es decir y sentir. Pero me duele más la idea déspota de mis sentimientos que se embriagan con facilidad, se empañan como ventana de invierno. Invierno de 12 meses.
Se cerró el cajón de los sentimientos. “Buenas noches los pastores” y comenzamos a pensar más y sentir menos.
Tal vez me equivoque, ¿por qué no?, pero la pena a veces no da tregua y coarta a la verdad. Me quedo con una foto y los lindos recuerdos. ¿ACUERDOS?. ¿No estás de acuerdo?...
Canción: “Trenes, camiones y tractores”
Banda: Árbol
Cuando todo comienza a brillar, a pintarse de bellos tonos, aparece algo que arruina la alegría. Tal vez es la banalidad de mi alegría la que no acepta ribetes. Cuando la persona comienza a engancharse de manera tal, sale todo al revés.
“Buenas noches los pastores” y comenzamos a girar en frustraciones, rabias y pasiones. Mi angelito de la guardia me está jodiendo, se ríe desde su puta residencia. Indecencia. Esperanzas románticas: Revuélquense en sus tumbas. Están -nuevamente- muertas. La pena se hace a segundos indómita. Irrefrenable.
"¡Por la reflauta del mono!", aún no sé por qué pasan estas cosas. ¿Jugarretas cruentas del destino?, no lo creo, ¿por qué darte algo que luego te quitará?. La sospecha de que estoy condenado a esta rutina de desvelos y desilusiones me agota. Pero me cansa más la idea de saber que no me puedo desligar de las personas así como así, como quién bebe cerveza o como quién besa al aire. No concilio la idea de sufrir, no me gusta, no me quiero resignar. Lamentablemente la vida no es cosa de gustos y preferencias. Es, y nada más. Te quiero (¿increíble?, puede ser, pero hay personas que son más suceptibles a querer) y me duele, porque no es recíproco. Una cosa muy distinta es decir y sentir. Pero me duele más la idea déspota de mis sentimientos que se embriagan con facilidad, se empañan como ventana de invierno. Invierno de 12 meses.
Se cerró el cajón de los sentimientos. “Buenas noches los pastores” y comenzamos a pensar más y sentir menos.
Tal vez me equivoque, ¿por qué no?, pero la pena a veces no da tregua y coarta a la verdad. Me quedo con una foto y los lindos recuerdos. ¿ACUERDOS?. ¿No estás de acuerdo?...
FUE LINDO MIENTRAS DURÓ...
“Yo pienso que aunque estés despeinada me gustas igual, aunque estés en pijama y sin maquillar, aunque estés enojada por lo que pasó, aunque ya no te vea me gustas igual (…) aunque valga la pena me dices que no, que no vale la pena pedirte perdón pero tengo tu foto y pienso con dolor que aunque ya no te vea me gustas igual”Canción: “Trenes, camiones y tractores”
Banda: Árbol
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