Qué cosas ¿no?

A veces las cosas más bellas de la vida aparecen entre razones y quimeras azarosas. Que por cierto, nunca son malas, pero sí arriesgadas.
De vez en cuando hay que replantearse si lo que se piensa conseguir tiene estrecha relación con lo que se quiere.

Desde un tiempo hasta ahora me he hecho esa pregunta... ¡cuesta!, lo sé...
Cuesta encontrar una respuesta coherente y satisfactoria, pero cuesta también expresarla. Si bien hoy creo que tengo esa respuesta, no sé como explicarla, no tengo las palabras para decir lo que siento ni los argumentos para creerlo cierto.

Hoy me levanté con una seria intriga, creo que todo se está volviendo un poco más lindo que ayer. Hoy tengo ganas y afanes distintos, pero no sé como concluir en segundas partes; inteligentes, propias y llenadoras.

Las levedades y trivialidades de la soltería se están empotrando en los afectos y por un segundo eso traba las emociones.
Por un momento quiero volar y ser yo, el que siempre he sido pero que, a la vez, lo he escondido entre aparentistas caretas de conquistador.

Es de esperar que las trivialidades y “pelotudeces” me ayuden más que esas antiguas caretas.
Quiero dar vuelta la página sin temor a quemar la antigua...