MI GRAN AMOR

Hace unos minutos la Vivi me preguntó si estaba enamorado. ¡Qué fuerte pregunta, qué directa e intimidante a la vez!...

- ¿Quién sabe?... yo por lo menos no, o tal vez sí...

Ý terminado de hablar tanta tontera junta llegué a una resolución esperanzadora y muy visionaria.
ESTOY ENAMORADO DE MÍ. Sí, lo asumo. Me gusto, me encanto... Me amo. En todos los espejos que veo me miro, me hago gestos y unos coqueteos medio locos. En cada ventana me miro y suspiro a los cuatro vientos. Cuando estoy conmigo me siento un quinceañero en una puesta de sol de día primaveral. Cuando estoy conmigo, en la intimidad de la vida regocijo de la felicidad, me siento "uno sólo".

- Hay amor... llegaste a mi vida.

Aun que igual hay algo que me preocupa. En definitivas cuentas: “Me asusta pero me gusta”.
Tal vez el futuro no sea tan bueno. O sea, me gusto; sí, pero quizás sea la magia de los primeros aires, de la brisa afectiva más original.

Yo soy un tipo serio, quiero proyectarme, me cansé de las relaciones fugaces. Además creo que yo soy la persona indicada para estar a mi lado, para siempre. ¿Existirá el matrimonio para los que nos enamoramos de nosotros?, llamémosle: "MATRIMONIO INTRÍNSECO".

Quiero tener hijos, y ojo que esto es lo tangencial del asunto...
No sería muy lindo que mis hijos tuvieran una sola persona a su lado, los aislarían por tener padres separados, aunque la realidad no fuese esa. ¡Qué compleja es la vida!
Por otro lado, tendría que ser madre y padre para ellos... UF!

¿Y si la relación se torna tediosa, y me aburro de mí?... ¿O bien me engaño?... no podría soportar tal infidelidad, más aún viniendo de mí.

Por mi bien, y por el mío también; mejor termino con esta relación... me duele, pero todo lo lindo tiene un final triste. Me amo pero no puedo hacer nada al respecto. No podría tolerar verme y verme envejecido conmigo mismo, en un atardecer en la playa a pies descalzos, en medio de un romanticismo exacerbado y con una sola sombra como reflejo.

Además alguien dijo: que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha... Entonces y tomándome de tal proposición... Tal vez yo no sabría todo de mí, y caería nuevamente en el maldito y asqueroso tema de la infidelidad. ¿Podría llegar a perdonar mi propia infidelidad?, o partiendo de la base: ¿me sería fiel?

En tal caso… ¿qué pasaría si me viene un neurótico ataque de celos -"guerras pasionales"-? Me volvería toda una yegua y hasta me podría matar, o sea no a mí, sino que a mí... Estoy tan confundido, me amo pero no se si seguir haciéndolo.

- UF!, maldito amor me tengo pensando...