martes, marzo 28, 2006
¡¿La modificación corrije el error?!
Es insólito como los temas se tratan en nuestra sociedad. Pero es aún más absurdo como éstos se pueden malograr sin límite alguno. Porque es cierto, y reconozcámoslo ya, si existe algo que es nocivo para las personas se les busca una solución que termina siendo aún más nefasta que el problema en sí. Es justamente en ese contexto donde las personas nos empezamos a preguntar: ¿qué es peor la cura o la enfermedad?.
Un claro ejemplo de este mal chileno está pasando desde hace sólo unos días atrás, cuando el congreso aprobó las modificaciones a la ley del tabaco. El Ministerio de Salud, convencido que esta droga ilícita se puede disminuir, optó por mandar un proyecto de ley al parlamento para contrarrestar esta conducta. En aras de reducir el consumo de cigarrillo en un 25%, las medidas someramente fueron: erradicar la publicidad del tabaco, salvo en los lugares que sí lo venden; prohibir el consumo de éste en los lugares públicos; apartar los lugares en que se venden cigarrillos de los centros educacionales, al menos en 300 metros y rediseñar los restaurantes para hacerlos, en parte de éstos, sitios ventilados y aptos para el consumo de tabaco.
En síntesis la rigurosa iniciativa de aislar el tabaco de las personas es, sobre todo, para evitar que los jóvenes caigan en este vicio y así disminuir el porcentaje de fumadores de aquí al 2010, fecha del bicentenario de Chile. Pero ahora el tema en cuestión será que las personas no adoptarán la ley, provocando un clandestinaje por y para fumar. Se podrá algún día tomar una medida eficaz para fiscalizar que la ley se cumpla.
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